Poema XVI

Aposté mis palabras sombríamente

como las tahúres inician pendencias.

Aposté limpiamente mi miseria

al gasto inexorable de mi necesidad,

la pura alquimia del hambre.

El precio justo de estar vivo aún

con tanta muerte rondando.

Irma Cuña – De cuando la voz cae – 1963

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: