Sandman, o el verdadero orden de los mundos

«Comenzaremos en el mundo de la vigilia, el que la humanidad insiste en llamar el mundo real, como si sus sueños no afectaran las decisiones que toman».

Episodio 1 – El sueño de los justos

Lo confieso sin pudor: nunca fui un lector asiduo de historietas, lo que no quiere decir que lo sienta como un mundo ajeno, sobre todo al acercarme al universo de la llamada novela gráfica como herramienta para acercar la literatura a los adolescentes. Me refiero a que mi cabeza formada a fuerza de letras ordenadas y contínuas, suele perderse en esa combinación mágica de lo textual y lo gráfico (sobre todo cuando las viñetas dejan de tener la estructura tradicional de rectángulos ordenados).

Pero ese mundo pareció esperarme como parte del laberinto de lecturas que transito, esta vez para llegar por el camino inverso. Como alguna vez me sucedió con la trilogía deñ Señor de los Anillos, del que sólo había llegado a leer La comunidad cuando la saga fílmica irrumpió en nosotros ahora Sandman entraba de lleno, esta vez sin haber tenido contacto con la versión original, no más allá de alguna reseña entusiasta. Obviamente los tiempos comerciales de la trilogía me dieron el espacio para ir degustando lo que me faltaba de Tolkien e ir un poco más allá con el Silmarillion.

Algo parecido me había sucedido con otras dos obras que tienen su origen en el comic y que pertenecen a un autor de culto para muchos, Alan Moore, un señor que alimentó el oscuro mundo de DC con obras como V de Venganza y Watchmen, ambas con versiones cinematográficas más que recomendables por el respeto al espíritu y la estética de las obras originales.

Sin embargo, con el universo Sandman la experiencia fue totalmente ditinta: esta vez llegaba la serie sin que en este caso conociera apenas más que una pobre referencia y la garantía que le daba el nombre de su creador, Neil Gaiman.

«¿Sabes de qué están hechos los sueños? ¿Hechos? Sólo son sueños. No. No lo son. La gente cree que no son reales porque no son materia, partículas. Son reales. Están hechos de puntos de vista, imágenes, recuerdos, juegos de palabras y esperanzas perdidas…»

Episodio 1 – El sueño de los justos

En lo que se refiere estrictamente a la serie, tanto la estética como el rimo de los primeros episodios requieren de cierta mirada paciente, hasta que al fin se entiende el mundo que se quiere transmitir: ni siquiera es el mundo de los dioses, ya que en las mismas palabras de Morfeo, él y sus hermanos pertenecen a una estirpe superior a aquellos que mueren ante la falta de fe; ellos, Destino, Muerte, Sueño, Deseo, Delirio, Desesperación y Destrucción son los eternos. Y como tales transitan el tiempo de una forma muy distinta a nosotros los simples y limitados mortales.

«Lucifer: Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos… de todo. ¿Qué serás tú, soñador?

Morfeo: La Esperanza.»

Episodio 4 – Una esperanza en el infierno

La historia comienza con la caída accidental de Morfeo en manos de humanos, más específicamente en las de Roderick Burguess, fundador de la Orden de los Misterios, quien pretende a través de un conjuro apoderarse de la muerte. En la historieta se hace una pequeña y para nada incocente mención a Sir Alesteir Crowley, conocido y polémico ocultista fundador de varias ordenes en la agonía del siglo XIX, como rival de Burguess (recomiendo leer La aventura sobrenatural para conocer en profundidad el espíritu de una época). Pero la verdadera aventura comienza con la liberación de Morfeo y la necesaria reconstrucción de su reino abandonado, algo que afectó la vida de muchos seres humanos. Para recuperar su poder Sandman debe recuperar los atributos que le confieren su poder, y para ello debe iniciar un camino más que riesgoso sobre todo por su debilidad. En este camino se encontrará con seres que, empujados por fuerzas que no conocen, hacen uso de poderes que incomprensibles y, sobre todo, deberá reencontrarse con su hermana Lucifer, la estrella de la mañana, con quien no tiene una relación muy amigable.

«Lucifer: ¿Qué poder tienen los sueños en el infierno?

Morfeo: ¿Qué poder tendría el inferno si las almas cautivas no fueran capaces de soñar con el paraíso?»

Episodio 4 – Una esperanza en el infierno

La serie va mucho más allá de esta aventura inicial, porque en ese camino se dejan al desnudo hilos de una trama que promete ser mucho más compleja y que en esa complejidad se enriquece episodio tras episodio. Pero lo que realmente destaco de la serie, aparte de la construcción de un mundo onírico fantástico, es el tratamiento o la aproximación al tema de la muerte y al terror desde una mirada que rescata la mejor tradición gótica, con sutiles homenajes, por ejemplo, a la literatura Borgeana y al mismo Shekespeare, convertido en un personaje que promete reaparecer en alguna otra temporada. Mención aparte a los capítulos extras en los que Calíope y los gatos se convierten en protagonistas perturbadores.

Y mientras espero con ansias la segunda temporada, me sumerjo lenta y placenteramente en el comic para descubrir en cada página el respeto en la serie al producto artístico original, con algunas perlas que el demonio de la pantalla recorta dolorosamente. En definitiva, Gaiman logra con esta historia dar vuelta el mapa, poner a los falibles humanos en el plano que corresponde y establecer un orden justo para el necesario mundo de los sueños y de nuestra pobre vigilia.

2 respuestas a “Sandman, o el verdadero orden de los mundos

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