Frases sueltas. En algún rincón de uno de los tantos cuadernos que acompañan mi andar aparecen. Estrellas fugaces, estrépitos en medio de una lectura. Saltan a los ojos. Escapan y cobran vida fuera del contexto. Luego esperan en algún rincón, abren puertas a nuevos textos. Siempre vuelven. He aquí un pequeño y personal compilado de las que prefiero y me insisten.
«Nadie nos advierte, pero el infierno vive en nosotros bajo la forma de la indiferencia.»
Teoría de la gravedad – Leila Guerriero
«Me enfermaron, si, pero jamás lograron que odiara mi nombre»
Flor Kirchner en Instagram
«Yo no soy responsable de mis sueños»
¿San Agustin? – Diarios – Abelardo Castillo
«Sagredo – cuarenta años entre los hombres me han enseñado continuamente que no son accesibles a la razón. Muéstrales la roja cola de un cometa, infúndeles un miedo absurdo y los verás salir corriendo de sus casas, partirse las piernas. Pero diles algo racional y pruébaselo con siete argumentos y se burlarán de tí»
Vida de Galileo – Bertolt Brecht
«Hemos sido casi nada, excepto nosotros mismos, mientras que casi todos los demás han sido muchas cosas, muchas cosas abominables»
La última noche en el mundo – Ray Bradbury
«Roskoff, Historia del diablo: entre los caribes de hoy se considera a «El que obra de noche» como creador del mundo»
Diarios – Franz Kafka
«Hay cuatro maneras de existir en el mundo: el poder, la belleza, el sufrimiento y el amor, que es una mezcla de las otras tres»
El teatro de la memoria – Pablo de Santis
«La memoria impone un orden que excede las leyes del tiempo y su lógica».
«Porque no hay casualidades, ahijadito […]. Los anacronismos, las trasposiciones de jugadas no existen. Hay un orden secreto, el demonio me lo dijo»
Crónica de un iniciado – Abelardo Castillo
«Porque si es al resto de nosotros a quie mata el suicida, a quien mata el asesino es a sí mismo, sólo que tiene que hacerlo una y otra vez»
El nombre del mundo es bosque – Ursula Le Güin
«César y Dios tienen su moneda. Alguien debe pagar tributo a los demonios. Poe, es de éstos. Berenice, por ejemplo. Es algo tan descabellado, tan atrevido, que casi repugna la imaginación, sin embargo , es bello.
Israfel – Abelardo Castillo
«Hay días, repito, en que nuestro pasado se nos presenta desnudo»
La casa del ángel – Beatriz Guido
«Y así, a veces me veo como un gran explorador que a descubierto algún país extraordinario que jamás podrá regresar para darlo a conocer al mundo: porque el nombre de esta tierra es el infierno»
Bajo el volcán – Malcolm Lowry
«Nada sabíamos de verdad. A excepción del aire, la tierra y el fuego, todo es locura. Dios incluído»
Héctor Tizón – La casa y el viento
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