
«Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que ese algo se haga. Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde un punto de vista práctico, el silencio sobre la verdad. Por el simple procedimiento de no mencionar ciertos temas, de bajar lo que Mr. Churchill llama «el telón de acero» entre las masas y los hechos y argumentos que los jefes políticos consideran indeseables, la propaganda totalitarista ha influido en la opinión de manera mucho más eficaz de que lo que hubiese conseguido mediante las más elocuentes denuncias y las más convincentes refutaciones lógicas».
Aldous Huxley – Prólogo de Un mundo feliz
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